viernes, 7 de abril de 2023

Una frase que me inspiró recientemente: La vida se contrae o se expande en proporción a nuestro coraje. Anais Nin.

Esa potencia de abrir caminos donde no los hubo antes es un gran tesoro que todos poseemos. Si las condiciones no están dadas desde el inicio, es posible revisar y ajustar lo que sea necesario, desde los entornos hasta las creencias propias sobre lo que podemos y lo que no. Deshacernos de los lastres que frenan nuestra marcha para hacer lugar y dar la bienvenida a las personas y energías que se requieren para nuestro camino.  Aceptar que hay un tiempo para todo, también es indispensable. Es decir, mirar nuestro deseo para honrarlo no significa ignorar que estamos funcionando dentro de un sistema que tiene su latido propio. A veces (por no decir todas) tenemos que ser tan pero tan valientes como para poder desear algo con toda nuestra fuerza, y aun así estar dispuestos a renunciar a eso si no es lo mejor para nosotros en este momento, confiando en que siempre nos cuidan (o nos cuidamos) desde otros planos. Leer las señales con fe en que “lo que es tuyo, a ti vendrá”. 

Mantenernos despiertos y conectados hace posible expandir la vida armónicamente, sin forzar situaciones desde la búsqueda de satisfacción del ego que tantas veces nos disocia del flujo real de la energía. Desde nuestro coraje de vivir damos los primeros pasos, confiando en la vida y honrándola con energía creadora. Al concretar las expansiones que deseamos, a su vez, nutrimos ese coraje para seguir en la sintonía de más creación, más espacio y más consciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te cuento cómo transformar el veneno en medicina

Hoy me está costando fluir, o más bien, me interpela esta cuestión: cuándo fluir y cuándo poner un límite? Hay situaciones que no se resuelv...