Hoy estuve reflexionando acerca del futuro de The Art of Wellness (el arte del bienestar). Todos somos artistas del bienestar. Artistas, digo, considerando la definición de arte de John Ruskin: “El arte es expresión de la sociedad”. A cada momento que la vida nos desafía a aprender algo nuevo, a ser alguien que no habíamos sido antes o a hacer algo que no nos imaginábamos capaces de hacer, nuestras acciones van moldeando y expandiendo el entorno en el que vivimos. Algunas veces, la motivación es propia, es decir, trabajamos sobre nosotros mismos por nuestras propias necesidades. Otras, salimos a conquistar el bienestar de alguien más, de alguien cercano a nuestros afectos. “Artistas” también porque se requiere un proceso creativo para lograr el cambio que nos lleva a ser mejores. Comenzando por el deseo de crear algo que no existe aún para mejorar nuestra vida, luego es necesario poner “manos a la obra” y entregarnos a experimentar, indagar, buscar inspiración y técnicas, revisar, corregir el curso, animarnos a ir más allá de lo conocido, probar qué, cuánto, cuándo. En todo esto, nos desplazamos del lugar de que “la vida es lo que nos pasa” hacia el lugar de creadores/hacedores de nuestra vida mediante la acción consciente e intencional de ELEGIR desde lo más pequeño hasta lo más significativo. Una tarea cuyo resultado puede sorprendernos, al igual que otros procesos creativos que emprendamos.
El oro de
esta reflexión para mí en lo personal es que reconfirmo una vez más mi compromiso con ser
activista del bienestar y acompañar a quienes lo deseen en estos procesos de
desarrollo personal. Es mi pasión, que siempre estuvo ahí tomando diferentes
formas a lo largo del tiempo y ahora puedo hacer una síntesis que da valor a
otros, desde mi propia experiencia personal y desde lo que pude aprender y
elaborar para mí misma. Quiero ser esa coach con la que hubiera necesitado
conectar en mis búsquedas de bienestar para expandir posibilidades.
Y vos, ¿quién querés ser?
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